Viajar es unas de las cosas en esta vida que mas me gustan hacer. Poder conocer la cultura de otros países, su gente, la forma de vida y sus costumbres es más que fascinante. Este viaje no fue la excepción.
Este fin de semana fuimos a dos pueblos que probablemente nunca han escuchado: Goslar y Wernigerode. Empecemos por Goslar. Por si no sabían fue un campo de batalla donde Napoleón tuvo unas de sus peores derrotas (eeehh wikipedia.com). Primero fue todo un caos en contra un hostal. Un pueblo con menos de 10000 personas y no había un solo lugar. Encontramos un hostal en el pueblo vecino como a 20km en las montanas.
Esto se debió a que estaba el mercado anual medieval del pueblo jajaja que coincidencias. El pueblo tiene más de 1000 años y está protegido por la UNESCO.
El mercado medieval esta padre; había magos, brujas, herreros y hasta caballeros. Fue como si te transportaras 800 años al pasado. En la noche nos fuimos a nuestro hostal donde teníamos toda una casa para nosotros. Estábamos en el medio del bosque literalmente la cual la hace es una zona perfecta para irte de excursión a esta región de montañas. Al día siguiente nos fuimos a Wernigerode, hasta mi me cuesta trabajo decirlo jajaja. En esta ciudad se encuentra un castillo en la cima de una montaña.
Este es uno de los castillos más bellos y mejor conservado a través de la historia . La verdad esta padrísimo. El pueblo también parecía congelado en el tiempo. Todas las casas tienen un estilo arquitectónico medieval. Lo más curioso fue ver casas que tenían tejas en las paredes, de lo mas extraño, pero padre. El castillo está habitado por la familia real de Wernigerode desde el año 1450.Si algún día terminan perdidos como yo en tierras teutonas les recomiendo visitar esta ciudad.